viernes, 26 de noviembre de 2010

La Santa Alianza

Resumen

En el libro de Erick Frattini “La  Santa Alianza, cinco siglos de espionaje vaticano”, y principalmente en el primer capítulo, “entre la reforma y la nueva alianza (1566-1570)”, se muestra cómo la Iglesia católica para obtener el control de Europa está dispuesta a eliminar al que se oponga, en este caso Inglaterra. El Papa Pío V es el primero en convertirse en enemigo de dicho país, creando un grupo de espionaje, el cual busca “la protección de la fe” (Santa Alianza). Mostrando así un vaticano poco conocido y realmente espeluznante, nada relacionado con los designios de Dios.

La Parte oscura del Vaticano
En la obra del escritor peruano Eric Frattini: “La Santa Alianza, cinco siglos de espionaje vaticano”, y más concretamente en el primer capítulo “Entre la reforma y la nueva alianza (1566-1570)”, se puede observar cómo el Vaticano en busca del poder y la expansión de su fe, conspira contra países monarcas mediante su grupo de espionaje, “La Santa Alianza”.  En este comentario analítico se busca asemejar los métodos utilizados por el Vaticano para obtener el poder, con otros hechos históricos, como lo son la guerra fría y las cruzadas en el Medioevo.
El Papa Pío V, al ver cómo la fe católica se extinguía en Inglaterra, por ser un país de corriente protestante, crea un grupo de espionaje para convertir a este país al catolicismo. Esto se conseguiría mediante el  derrocamiento de la reina Isabel I. 
Un hecho similar ocurre durante la guerra fría, donde grandes potencias como EEUU se ven amenazadas por la expansión del comunismo y de la Unión Soviética; y esta a su vez, siente la amenaza de la expansión del capitalismo por EEUU. Esta situación conlleva a la creación de grupos de espionaje como la Agencia Central de Inteligencia CIA (EEUU) y el Comité de Seguridad del Estado KGB (Unión Soviético), para erradicar dichas amenazas. Con esto se puede ver cómo el Vaticano, los Estados Unidos y la Unión Soviética, para obtener el poder, crean estos grupos con el fin de encontrar puntos débiles de sus opositores y así poder atacar con mayor eficiencia.
Otro objetivo de La Santa Alianza era utilizar a la Reina Escocesa (María Estuardo), para llevar a Inglaterra a ser un país católico, éste sería un objetivo fácil de lograr, ya que la monarquía escocesa se caracterizaba por ser católica, y seguiría los designios del sumo pontífice. De este hecho se puede sacar otra semejanza, cuando estalla la guerra de Corea en 1953, en donde Corea había sido partida en dos, la parte norte (“ República Popular Democrática de Corea”) era liderada por EEUU y la parte sur (“República de Corea”) liderada por la Unión Soviética. Acá se puede observar  cómo grandes potencias han utilizado “títeres” o agentes externos para poder lograr su cometido, es decir la expansión de su poder, evitando “mancharse las manos”.
Para conseguir el poder, la Santa Alianza no tenía en cuenta las víctimas que se pudieran generar, esto se sustenta con la frase dicha por el cardenal Paluzzo Paluzzi (jefe de la Santa Alianza) “Si el Papa ordena liquidar a alguien en defensa de la fe, se hace sin preguntar. Él es la voz de Dios y nosotros [La Santa Alianza] su mano ejecutora”. (Erick Frattini, “La  Santa Alianza, cinco siglos de espionaje vaticano”, Espasa, ed.2). Es muy similar a lo que ha pasado en las guerras durante la historia (Primera y Segunda Guerra Mundial, La Guerra Santa, Las Cruzadas a Jerusalén, entre otras) que nos muestra cómo países, potencias o reinos con tal de lograr sus objetivos, no veían las víctimas que causaban mediante los conflictos bélicos que ocasionaban.
En conclusión, se puede ver como a través de la historia  grandes potencias, con el  fin de conseguir el poder económico, político o ideológico, han creado grupos de espionaje, ya sea para la manipulación de agentes externos (países, reyes, monarquías, etc.) u ocasionar guerras, matanzas y masacres, siempre para un objetico propio, sin tener en cuenta perjuicios y daños ocasionados con dichas acciones.

Escrito por: Andrés Hurtado y Mauricio Sepúlveda

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